miércoles, 29 de abril de 2015

Ya no estamos aquí

Este blog ya no se actualizará más y continúa en la siguiente dirección:

www.desdelatena.es


domingo, 8 de febrero de 2015

Carta abierta a Baleo


Lo que me conocen saben que siempre he sido, y soy algo parecido a un forastero en todos los sitios, el hombre sin tierra, como un electrón libre.

Con esos antecedentes, siempre me acerco a las citas que hablan de las raíces de nuestros pueblos con bastante timidez, en las últimas filas y sin hacer mucho ruido, como sabiendo que, en realidad, no va conmigo la fiesta, que es un mundo que no es el mío.

Pero con Baleo ya me siento como en casa. Siempre que los escucho, me sumergen de cabeza en el oeste de España de hace un tiempo, pero que permanece en cada uno de los que ahora lo habitan, ellos incluidos, ese mundo olvidado y casi invisible que ya solo recuerda lo que fue, como si ya no fuera, como si ya no hubiera presente.

Cada concierto es una invitación a conocernos, a saludarnos hace unos años, a recorrer los caminos subidos en un traqueteante carro, al duro paso de la dura vida en los campos y a cantar una dulce, preciosa, nana a un niño que ya no conocerá sus raíces. Nos hablan de oficios, de costumbres, de fiestas y de la vida, del tío Frejón, y nos damos cuenta de quienes somos, o al menos de quiénes fueron los que nos precedieron.

Cada concierto es una reunión de amigos, que junto al fuego de una chimenea o en la era el día de la fiesta del pueblo, charlan y bailan, cantan, ríen y sufren.

No soy yo de los que añora tiempos pasados, pero agradezco, y no sabéis cuánto, que me dejéis ver un poquito de mi pasado.

Además, como ya os recordaron el sábado, sin acritud pero con la dureza de la confianza, habéis aprendido mucho ( a tocar, se entiende).

viernes, 26 de diciembre de 2014

Yo no cuestiono tu trabajo.

Yo no cuestiono tu trabajo.
Quien así se expresa, cuando le haces ver que ostenta una posición de privilegio, sostenida a base de expoliar (sustraer a la fuerza) los recursos de los demás, lo que quiere decir es: yo no me meto contigo, así que deja me que siga aprovechándome de mi situación. Que los demás, tú incluido, sigan pagando, y que, además, callen.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Reflexión sobre la ley

Hay que examinar si la ley quita a algunos lo que les pertenece, para dar a otros lo que no les pertenece. Hay que examinar si la ley realiza, en provecho de un ciudadano y en perjuicio de los demás un acto que aquel ciudadano no podría realizar por si sin incurrir en criminalidad.
La ley, de Bastiat.

jueves, 3 de julio de 2014

Educación

El Estado, el gobierno o las leyes no tienen que intervenir de ningún modo en la escolarización o en la educación. Los fondos públicos no deben destinarse a tales fines. La crianza y la instrucción de la juventud deben recaer enteramente sobre los padres y sobre asociaciones e instituciones de carácter privado. LUDWIG VON MISES.

Cuanto más años tengo a mis pequeños en el mal llamado sistema educativo, más me convenzo de las palabras que acabo de poner arriba.

jueves, 24 de abril de 2014

Lista 2014 de Acabezon

Un remanso de paz, un oasis de buen gusto, una lista de Spotify a la que merece la pena estar enganchado horas, sin otra ocupación que escuchar.

Exquisita, interminable, impagable.

Suerte que existan las tecnologías que permiten compartir música y, sobre todo, vida. Distante, pero vida. Digital, pero vida.

Recomiendo, vaya si la recomiendo.

sábado, 28 de diciembre de 2013

Navidad.

Hacía ya mucho tiempo, muchos años que no tenía que pasar la Nochebuena trabajando. Este año me ha tocado, qué vamos a a hacer. Pero un pequeño gesto ha hecho que me pareciera de verdad Nochebuena. Agradezco la visita. Los tres lo saben.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Fiestas




Los campos con la mies ya recogida y el sol al oeste. Una procesión avanza desde el cementerio hacia el pueblo. Delante, los dos hombres ya mayores que llevan los ciriales desde hace muchos años, tantos como la memoria alcanza. Detrás la charanga con su toque estridente y repetitivo, casi dañino para los oídos, los mayordomos cargando con el Cristo, serios, y luego el cura con el resto.

Llegarán hasta la iglesia del pueblo, parándose varias veces para que un grupo de mujeres y niñas supere la Imagen y baile dándole cara a ésta, mientras todos miran, y los cargadores descansan. Al llegar, solemne misa, que abre las fiestas del pueblo, las Fiestas Patronales.

Y al día siguiente, misa mayor y procesión, sí, otra vez, recorriendo ahora las calles del pueblo hasta llegar a la iglesia de nuevo. La Imagen, la misma. La charanga, también. Por supuesto, los mayordomos, el cura, la gente y las danzantes, son todos los mismos y repiten año tras año todo el ritual.

Confieso que los primeros años tenía la sensación de que se trataba de una tradición sin sentido, un absurdo repetir año tras año los mismos gestos, los mismos bailes, viendo siempre las mismas caras, siempre en la misma fecha, como una escusa para pasar tres o cuatro días de fiesta. Me preguntaba qué tozudez tan antigua empujaba a la gente de un pequeño pueblo a volver siempre los mismos días y hacer siempre las mismas cosas.

Llegó incluso a fastidiarme que mi esposa y mis hijos, cabezotas ellos, se empeñaran en acudir todos los años y que insistieran en que yo también estuviera presente, aunque solamente fuera para que sacara unas fotos bonitas. Tenía que aguantar las procesiones, las misas, los pinchos en el bar de Nati, los saludos de gente a la que no veía en todo el año y que apenas podía recordar quiénes eran, las verbenas hasta las tantas muerto de frío, el concurso de disfraces, los hinchables, la paella en la plaza, la obra de teatro, las comidas en familia con la mesa rebosante y todos hablando a la vez.

Un año, María ya no podía salir de casa sola, ni apenas moverse. Entonces, en lugar de llevarla a misa, su hija la colocó en la ventana de la cocina, justo por dónde iba a pasar la procesión y alguien le dijo a la charanga que ese lugar era una nueva parada. Así, María vio al Cristo desde detrás de los cristales, mientras su hija, nietas y bisnieta bailaban delante de Él, justo debajo de la ventana.

El primer año que María ya no estaba con nosotros, la procesión paró como siempre, y su hija, nietas y bisnieta bailaron y todos, entre lágrimas, miraron hacia la ventana a la que ya no se asomaba nadie.

Y la procesión para todos los años en esa ventana.

Supongo que muchos acuden a llevar el Cristo por su fe. Otros, para pasar tres días de fiesta antes de que acabe el verano. Pero todos encuentran sus raíces, su lugar, ese sitio en el que todo el mundo les conoce, sabe su nombre y el de sus padres, sus hijos y nietos, quien es su familia.

Ese lugar que otros probablemente no encontraremos.

lunes, 1 de abril de 2013

¿Es de broma?

No, y eso es lo malo, que no es un relato para una película absurda, de esas españolas que se hacían antes.

http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/747/carteristas-atracadores-y-semaforos/

jueves, 21 de marzo de 2013

Si mi padre fuera...

"Si mi padre fuera... un momento del día, 
él sería un amanecer por su luz nueva, pero un frío que a veces sale.

Si mi padre fuera... un animal, 
él sería un perro porque es fiel, pero a veces se enfada.

Si mi padre fuera... un árbol,
él sería un roble, con fuertes raíces y grandes ramas.

Si mi padre fuera... una figura, 
el sería un círculo, esa línea curva cerrada con sus pros y sus contras.

Si mi padre fuera... un paisaje, 
él seria una llanura de hierba, con una fresca brisca ondeando las hojas de los árboles al viento.

Si mi padre fuera... un objeto, 
él sería un diccionario, pues muchas cosas sabe y, cuando puede, me ayuda.

Si mi padre fuera... un color, 
él sería el verde claro, brillante a la luz del sol y oscuro a la luz de la luna."


¿Se puede tener mejor regalo el día del padre?

Como iba diciendo

Nació este humilde blog para poder contar cosas, lo que se me fuera ocurriendo, sin trascendencia casi siempre, algo sentidas otras veces.
Y no se ha cumplido. Se ha quedado en un sitio quieto...
Espero que no sea así en adelante.

miércoles, 31 de octubre de 2012

HIGO 2010, SEPÚLVEDA



La ancha, dura y prieta Castilla tiene heridas profundas. Heridas que comenzaron hace ya mucho tiempo y que continúan horadando la tierra, despacio, sin ruido, sin descanso.

Hasta una de ellas, pacientemente tallada por un calmado río nos fuimos, pasando antes por entre los rastrojos del campo de Peñaranda, los granitos de Ávila, la antes Cote de Segovia, hasta dar con una villa, vieja pero aún altiva, que por Sepúlveda la conocen.

Igual que la villa, que descansa sentada en un balconcillo mirando al río, nos recibió la señora Engracia, capa gruesa de maquillaje, labios rojos carmesí, uñas a juego, ojos de azul y edad de oro.

Su terraza está en la calle principal, justo antes de la plaza, con las mesas de bambú y las sombrillas desplegadas, vacía, nadie sentado al fresco y nadie en el local.

La señora Engracia no sabe quiénes somos ni de dónde venimos. No sabe que salimos esa tarde desde el oeste y que paramos en una estación a recoger a Chus, casi la única viajera que bajó del tren.

No sabe que nos alojaremos en una pensión justo detrás de su privilegiado bar, ni que cantaremos unas coplillas, cuidadosamente escritas y fatalmente interpretadas.

No sabe andaremos hasta un ermita que, como ella, también se asoma a un río, que miraremos los buitres y que Paco se bañará como siempre.

No sabe que buscaremos unas buenas sombras para comer (aquí sí que se está agustito), ni que dormitaremos entre piedras mientras dos se entretienen en descubrir monigotes en las columnas de un viejo templo (tiene que haber gente pa tó).

Tampoco sabe los riesgos casi suicidas que correremos en esas carreteras, todo por seguir a un coche azul conducido por un enajenado, o un ciego, o ambas cosas. De cruces se hacía Pilina cuando recobró el aliento. Y menos aún, que Lucas acabaría llevándonos a todos a un sembrado, como en realidad era su intención desde siempre.

Pero sabe que todos los turistas desorientados paran justo delante de su terraza y que, si no es por ella, ningún forastero encontraría su sitio en la villa, así que nos guía como a los demás.

Y sobre todo, sabe que hemos parado allí, todos los coches juntos y le espantamos la clientela, leñe.

sábado, 20 de octubre de 2012

La Latina

Hace ya un par de años de esta fotografía.
Me impresionó la oscuridad y el silencio que había dentro.
Hace muchos años que cerró, y más que yo no me daba una vuelta por allí.
Estuve un rato parado delante, sin reparar en las voces que me daban mis hijos. Recordé los viejos tiempos, las cañas, los pinchos, los amigos, pero solamente un momento.
Al fin y al cabo, para eso son viejos tiempos.


viernes, 27 de abril de 2012

No se oirá mucho hablar de esto

Y mientras, en los colegios haciendo trabajitos, charlas, actividades, metiendo a los niños cosas en la cabeza sin que sean ciertas, o por lo menos sin saber si lo son, pero como son "moda"...
Vergüenza me da la "comunidad educativa". No, me cabrea, eso es lo que me pasa.

http://www.libertaddigital.com/ciencia/2012-04-27/el-inventor-de-gaia-admite-haber-sido-alarmista-como-al-gore-y-otros-calentologos-1276456962/

domingo, 18 de marzo de 2012

Toda una vida

Poco más se puede añadir.
Eso es lo que somos, eso es lo que tenemos, eso es lo que queremos...
Pequeños dramas, a diario, a miles...
Las vidas ignoradas (a sabiendas).

http://www.documaniatv.com/ciencia/documentos-tv-superdotados-al-este-de-la-campana-de-gauss-video_290230455.html

jueves, 8 de marzo de 2012

Japón

El martes 6 de marzo los alumnos 5º de Primaria del Colegio Antonio Machado fueron a la Casa del Japón situada en Salamanca, en la plaza San Boal, donde vieron 2 vídeos: uno sobre las casas tradicionales y el otro sobre la vida cotidiana de un niño de primaria japonés.

Las casas en Japón han cambiado mucho. Antes las casas eran de un solo piso, de madera y el suelo, de tatami, que es una planta entrelazada creando una rejilla que, si se pisa con zapatos de la calle, se acaba estropeando.

Los japoneses duermen sobre unos finos colchones que se colocan sobre el tatami; por la mañana se recoge y se mete en el armario y de este modo queda libre la habitación para otras actividades como jugar o ver la televisión.

Las antiguas casas japonesas eran muy ventiladas, pues hace mucho calor y la humedad es alta. Ahora son rascacielos altos y modernos.

El baño consiste en ducha y bañera, y se utilizan de un modo distinto al español, pues primero se duchan y luego se relajan en la bañera que suele estar a 40 grados centígrados.

La vida de un niño de primaria japonés es diferente a la de uno español, pues se levantan muy temprano y desayunan mucho, casi como una comida española.

Luego se reúnen con los amigos del barrio y van ellos solos al colegio. Allí están 3 horas de clases y después comen allí; más tarde estarán 2horas en clase antes de irse a su casa.

Al alumno Diego le gustó todo, pero lo que más fue el taller de los nombres y que Hiromy les enseñara a escribir su nombre.

martes, 6 de diciembre de 2011

Los sueños de Pablo.

Érase un niño llamado Pablo. Tenía diez años y vivía con una familia de acogida en Alicante. Su "familia" tenía una casa muy lujosa, pues tenían mucho dinero.

Pablo era un niño pálido, delgaducho y no muy alto. Tenía el pelo castaño y los ojos oscuros. Sus labios destacaban como una mancha rojiza en mitad de un folio en blanco. Llevaba unas gafas azules que le tapaban casi toda la cara.

La casa era blanca y amplia, muy amplia. 

En cada esquina había dibujado, en la pared, un personaje de un cuento popular y en cada pared el cuento era de un país.

Su colegio "Franceis de Flom", era muy grande.

Sus amigos deseaban todos los lujos que tenía Pablo, todos los videojuegos y videoconsolas del mundo, todos los megazords y superrangers de las tiendas, todos los juegos de mesa y azar, en fin, muchas cosas.

Pero lo que todos los niños tenían, excepto él, eran unos padres.

Pablo todas las noches soñaba que estaba con sus padres y que jugaban con él, y Pablo, desde la cama, sonreía.

Por eso se levantaba de tan buen humor cada día de aquel verano que parecía interminable.

Dinki.

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Un pitido estridente lo sacaba todas las mañanas temprano de un profundo sueño. Pablo, diez años, abría los ojos, encendía la luz y  comenzaba, poco a poco a vestirse y prepararse para ir al colegio.

Su uniforme estaba perfectamente colocado en una silla, al otro lado de su enorme dormitorio, tal y como se lo había dejado Anita, la criada, la noche anterior.

En el comedor le esperaban, ya desayunando y en silencio, Luis y Teresa, sus padres de acogida desde hacía dos años. Anita le servía leche, cereales, tostadas y huevos, con una sonrisa, aunque él casi nunca tenía hambre por las mañanas.

Poco despues pasaba el autobús por la puerta de su casa, al otro lado del jardín y Pablo subía a él, saludando a sus compañeros y amigos del cole.

Casi todos eran amigos suyos, y les gustaba que les invitase a su casa, a jugar por las tardes en su enorme habitación repleta de juguetes y cachivaches electrónicos. Y cuando se marchaban, todos le decían, casi al oído: "ojalá yo fuera como tu y tuviera esta casa y todos estos juguetes".

Pablo no decía nada, pero al acostarse, despues de la cena, que casi siempre hacía en la cocina, con la única compañía de Anita, se imaginaba que su madre le ayudaba a ponerse el pijama y que le arropaba al acostarse, que rezaba con él un minuto y que le daba un beso fuerte y le deseaba buenas noches.

Y, por supuesto, su padre venía al ratito y le daba un beso en la frente y una palmadita, como de broma...

Chilindri.

martes, 1 de febrero de 2011

Corriendo

Siempre me ha gustado correr. Calzarme las zapatillas, viejas si puede ser, un pantalón corto, una camiseta grande y que vaya por fuera del pantalón, y, sin más, empezar a correr.

Lo he hecho, con interrupciones, desde aquellos lejanos tiempos en que estaba en el instituto y me llevaba la ropa en una pequeña bolsa de deporte para ir después de las clases de la tarde.

Lo he hecho en la pista de la ciudad deportiva, siempre por la cuerda y en el sentido contrario a las agujas del reloj, en la carretera de "aldialba", empezando en el kilómetro tres y hasta "el mejorito", por el soto y hasta Bocacara, lo he hecho por el páramo sayagués, por senderos entre escobas, por el paseo marítimo de Las Palmas, esquivando bicis turísticas y la espuma de las olas del océano que reclamaba el terreno que es suyo, lo he hecho por el parque de la ciudadela, siempre de incógnito, lo hago por los pizarrales, desde el cementerio nuevo hasta el helmántico, por aceras nuevas y carriles bici sin bicis.

Lo he hecho acompañado, con mi padre, tardes de suave invierno levantino, luego con "el mantero", mañanas de cálido verano mesetario y heladoras tardes de escarcha y niebla, también con el compañero Iñaki bordeando las viejas murallas. Y lo he hecho solo, en silencio.

Y siempre, mientras oigo mi respiración, a veces fuerte, a veces fatigada, mientras siento punzadas en algún lugar de las piernas, músculos maltratados, imagino mil pequeñas historias.

No todas quedan en el tintero.



lunes, 27 de septiembre de 2010

¡Ssshhh!

    Siempre entro cuando me voy a dormir. Primero en la de él y luego en la de ella, procurando no hacer ruido. Me paro junto a la cama, en silencio, y observo. Me detengo un momento a escuchar su respiración, hasta percibir un leve movimiento. A veces incluso me acerco hasta que vuelven la cabeza, suben una mano, o se dan media vuelta. Entonces me quedo tranquilo, salgo y cierro despacio la puerta, doy por finalizado el día y me marcho a descansar.

Lo hago desde que nacieron, siempre con cierta angustia por si no respiran, y lo repito a diario, como un ritual. Comprendo que me quedan menos veces para hacerlo, porque sus figuras han crecido y cada vez llegan más abajo, hasta el final de la cama. Pero mientras tanto, mientras llega el día en que vuelen solos, yo seguiré.

Y pienso que ellos lo perciben, que, incluso dormidos, sienten que su padre está ahí, atento.

Me gusta pensar que conmigo hacían lo mismo…

Dedicado a...

Él escribe. Yo leo, trago saliva y callo.

http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/556/una-historia-de-guerra/