lunes, 29 de diciembre de 2008

LA VIDA

A veces la vida se pone frente a ti, negra, grande, afilada. Sus ojos te miran fijamente, sin expresión, todo negrura. No te dice nada, pero debes saber, por su porte y su grandeza, que va a ir directamente a por ti.

Entonces no corras, no pienses. Colócate de frente, cara alta, pecho arriba, prietos los músculos y serio el rostro. Cítala solamente una vez, con una voz alta, ronca, con la mano arriba y el gesto seguro. Y entonces no te muevas. Ella arrancará, en línea recta, sin vuelta atrás. Sentirás que tus atributos se hacen pequeños, que los pulmones se agrandan y que el corazón late tan fuerte que te da golpes, como un martillo. Sentirás también que debes huir, pero no debes moverte, nada. Tienes que esperar a que se acerque, a que se haga tan enorme que parezca que no puedes evitarla. Un solo movimiento te salvará, primero despacio hacia la izquierda, un paso a cámara lenta, y luego otro paso a la derecha, éste tan rápido como un látigo, y la vida pasará junto a ti, rozándote. Cuando sientas su bufido justo detrás de la cabeza, es que ha llegado el momento de correr, lejos de allí, por donde no se lo espera, de ponerte a salvo muy deprisa.

Si no lo has hecho bien, habrás sido arrollado, golpeado y arrastrado hasta que alguien, que a veces lo hay, te la quite de encima, con valor y un engaño, o peor aún, habrás sido empitonado y ya no habrá más.

Si lo has hecho bien, si no te has dejado vencer por el miedo que sentías como solamente el miedo se siente, podrás volver la cabeza y mirarla. Hazlo, pero no te rías, no le hagas un desplante y, por supuesto, no te abras, desafiante, la taleguilla. Solamente mírala, haz una mueca de alivio, saluda y desaparece, porque, te lo aseguro, volverás a verla de frente, sin remedio. Mientras esto sucede, vive, disfruta de los tuyos, vive…

1 comentario:

Andrei Rublev dijo...

Olé. Ya sabía yo que aquí se encerraba un literato. Y un filósofo, que no pueden ir ambos sino juntos. Valor (aunque mi carácter me iba diciendo que citando de frente todo acabaría desapareciendo en el aire, como un mal sueño).
Olé, de nuevo;-)